A razón de su “florentineza”.
La mal llamada revolución de los ricos está en camino. Un modelo de negocio
absolutamente devorador. Lo quiero todo, solo para mí y cuando yo diga. El más
puro capitalismo salvaje.
Hace apenas un par de días, conocíamos, comunicado del Real Madrid mediante, la creación de la
nueva Superliga Europea. Este
anuncio no ha hecho más sino que revolucionar el mundo del fútbol y poner en
pie de guerra a toda la comunidad que, como el propio Presidente Florentino Pérez, ha dicho, es la más grande de todo el
mundo en todos los sentidos. El fútbol es un sentimiento que solo los
verdaderos aficionados sentimos sí, pero el dinero lo dan los que sentimos y
los que lo ven por entretenimiento.
Entre todos, juntamos, según las cifras de los fundadores,
unos 4.000 millones de aficionados
en todo el mundo, la mayoría de los mismos, aficionados de uno u otro equipo de
los que componen los 12 fundadores del esperpento. Una cifra creíble, pero, ¿de
verdad quieren vender que el aficionado quiere ver constantemente partidos que
se consideran históricos? ¿De verdad el
aficionado medio va a pararse a ver un Chelsea – Borussia Dortmund? Creo,
sinceramente, que el que va al entretenimiento, solo verá los partidos de “su
equipo”, sea liga, champions o copa, no verá el resto, como hace a día de hoy.
Quizá los enfermos del fútbol sí que se animen más a ver partidos que por cartel son muy atractivos, pero en muchas ocasiones han demostrado ser un truño interesante, teniendo en cuenta la especulación, la falta de ambición o cualquier factor añadido. Esta temporada el partido con el que más hemos podido vibrar, ha sido la eliminatoria de cuartos de final entre el París Saint-Germain y el Bayern de Múnich, con alternativas, jugadas de videojuego y grandes estrellas brillando como se espera, viendo a dos porteros acorde al nivel del partido. La temporada pasada no recuerdo una eliminatoria que me hiciese vibrar, y mucho menos la final de la champions, mientras que la anterior sí que tuvimos el que, para este humilde juntaletras, es el mejor partido de la historia de la champions, y uno de los mejores que yo he visto, disputado entre el Manchester City y el Tottenham Hotspur, acabando el resultado en un impactante 4-3, que sería rematado por los londinenses por 1-0 en su casa.
¿Me prometen que los partidos en general van a ser como ese duelo inglés? Lo dudo. La tónica del fútbol es la involución, volver a ese fútbol defensivo que desarrolló históricamente el Calcio, y ser la excepción el que desarrolle un fútbol ofensivo de ataque. Este año, el seguimiento a la Liga arroja un dato interesante para la percepción de los aficionados. Ver al Betis y al Levante es más emocionante que ver al Real Madrid, al Barcelona o al Atlético de Madrid, por un simple hecho: su fútbol. Tanto Paco López como Manuel Pellegrini buscan un fútbol ofensivo, rápido, combinativo que el Madrid no desarrolla, buscando más la contra, o el Barcelona no encuentra, siendo este quien llevó el fútbol total a su máximo esplendor con Guardiola. Hoy, una caricatura de sí mismo, pese a las exhibiciones de días puntuales como Anoeta o el reciente título ante el Athletic de Bilbao.
En un escueto análisis de la Premier, habría que comentar
que quizá los únicos que entretienen con su fútbol a los aficionados, son el Manchester City y el Liverpool. El
primero, exhibe el poderío de una plantilla nunca vista en el fútbol, con 17-18
futbolistas de primer nivel, que juegan a lo que quiere un míster como
Guardiola, con un fútbol propositivo,
combinativo y de ataque total. El otro… Ay el siguiente, lo que fue y lo a
día de hoy es. El Liverpool, equipo que desde la llegada de Klopp planteaba un fútbol de Rock and Roll,
siendo muy divertido, pero apagándose poco a poco. El resto de los
fundadores apenas tienen argumentos futbolísticos, más allá del interés de ver
a Bruno Fernandes, Marcus Rashford,
Harry Kane, Son, Werner, Havertz o Aubameyang entre otras estrellas que no
rinden como debieran.
Los equipos italianos, por su parte, están desde hace años de capa caída, y, salvo el resurgir del inter esta temporada, las otras dos escuadras que compondrían los 12 no tienen atractivo futbolístico más allá del nombre, y de las estrellas que acumulan como Cristiano Ronaldo, Ibrahimovic y compañía.
Las quejas del mundo
fútbol no tardaron en aparecer, y, desde mi humilde opinión, con razón.
Máxime cuando veo a su florentineza hablar de que los aficionados estamos
manipulados o nos informan mal, cuando quizá sabemos, como poco, lo mismo que
él de fútbol, sino más. El fútbol no
empieza en el Real Madrid y termina en el Arsenal. El fútbol comienza en
ese árbitro que se levanta a las 9 de la mañana para arbitrar a unos niños que
inician su camino en el equipo de su colegio. El fútbol empieza en ese equipo
humilde de barrio que un día llegó a semifinales de Copa del Rey. El fútbol
empieza en esa abuela que lleva a su nieta a disfrutar de su mayor pasión. El
fútbol comienza en ese niño que vio a Cristiano Ronaldo y a Leo Messi
levantando sus balones de oro y dijo “yo quiero superarlos”. Y, con la misma,
el fútbol termina con ese Leicester que ganó la liga ante los viejos y los
nuevos ricos, en ese Bilbao que levantó una supercopa con todo en contra,
superando a Real Madrid y Barcelona. En ese Granada que disfruta de unos
cuartos de Europa League sin que nadie lo esperase. Ese Eibar, Leganés, que,
del barro, se cuela en la liga de las estrellas. Y, hasta que esos ricos no
aprendan esto, el fútbol no cambiará.
Otro elemento interesante es que esta Superliga va a “Salvar el fútbol”. No, mire, no me
puede usted vender ese argumento. Esto es para salvarse ellos mismos. Los
clubes con más deuda, una deuda disparada
con la que probablemente cualquier empresa entraría en quiebra, son los que
casualmente van a fundar esta liga Frankenstein. El 90% de los equipos no
necesitan que 3 gigantes les digan lo que tienen que hacer, porque llevan viviendo años con presupuestos modestos,
y teniendo que adaptarse por la inflación que los transatlánticos provocan con
traspasos multimillonarios que no se atienen al nivel real de los jugadores. Ni
siquiera se entiende que esta creación venga en consonancia con la pandemia,
puesto que llevamos 3-4 años escuchando sobre este proyecto.
A mí no me venderán la moto. Esto es un proyecto abocado al monopolio del fútbol, en el que 15
ricos tendrán el poder absoluto y el resto a mirar. Pero eso puede ser lo que
les mate. La Superliga es innecesaria,
no dará las expectativas que promete y, desde luego, las aficiones y los
organismos competentes se han declarado en contra, y creo que se podría abrir
un nuevo camino para clubes como el nuestro sin estos 3 molestos clubes en primera división. No a la Superliga.
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